Creemos que nuestra vida depende de las circunstancias, cuando en realidad depende de mis decisiones. Nacemos con ciertas condiciones pero tenemos talentos para cambiar o reorientar nuestra vida. Y una de las mejores decisiones que podemos tomar es la emplear bien los talentos que DIOS nos dio. Esos mismos que estrenan tantos limitados cuando no les queda otra salida. Ellos son un espejo de superación. Tenemos el inmenso poder de elegir o de decidir y crear nuestro destino. Somos libres para elevarnos o para hundirnos. Ojalá seamos conscientes de que una decisión sólo existe cuando se traduce en acciones. Sólo hay decisión donde hay acción, sólo hay decisión cuando asumimos compromisos. Una nueva vida comienza cuando, unidos a DIOS, decidimos cambiar y somos los arquitectos de nuestro destino. Gallo